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Amador Abiuso, el misionero que hizo cumbre en el mítico Kilimanjaro

Como misionero y sin experiencia, subir una de las cimas más altas del mundo fue un absoluto desafío"

(elterritorio.com.ar) El estudiante Amador Abiuso está en Tanzania a instancias de una beca de intercambio cultural y como parte de su estadía, llegó hasta la cima que está a 5885 metros de altura, siendo la cumbre más alta del continente africano.

Amador Abiuso, el estudiante misionero -oriundo de Posadas- que desde mediados del año pasado está radicado transitoriamente en Tanzania, África, a instancias de una beca lograda a través de un programa residencial (de dos años) de intercambio cultural promovido por la United World Colleges (UWC), hizo cumbre en el Kilimanjaro, mítico e imponente volcán que se encuentra cerca de la frontera con Kenia y con sus 5885 metros es el más alto del continente y uno de los más grandes del mundo.

Desde la ciudad de Moshi, el joven dialogó con el programa Acá te lo Contamos (Radioactiva 100.7) exponiendo su experiencia en un país tan lejano. "Estoy hace seis meses en Tanzania y si bien inicialmente fue un shock haber salido de mi país para venir a África, lejos de mi familia, de mis amigos, me siento acompañado y pude encontrar similitudes con Argentina y un poco de la cultura también, porque hay esto de abrazar al otro que como latino me hace sentir en casa de alguna manera", expuso, hallando parecidos también "en los paisajes que poseen  mucha serranía, con el océano índico al costado, además de montañas y el siempre imponente Kilimanjaro".

 

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Sobre la hazaña de hacer cumbre en el Kilimanjaro, admitió que "fue una experiencia hermosa desde el inicio", aunque reveló que "cuando me inscribí en la excusión no estaba tan seguro pero tuve el apoyo de mis padres que me dijeron 'mandate' porque uno no sabe cuándo puede volver a estos lugares tan exóticos y alejados de la Argentina".

En relación al ascenso, contó que "fueron cinco días, salimos el miércoles e hicimos cumbre el sábado al amanecer. Como misionero y sin experiencia, subir una de las cimas más altas del mundo fue un absoluto desafío", dando cuenta que "me costó bastante, los primeros tres días fueron bastante fáciles porque no habíamos pasado aún los 4 mil metros".

En detalle graficó que "el primer día fue bastante fácil, llegamos hasta la primera cabaña que está a 2.700 metros y fue una caminata dentro de un bosque. El segundo día, hasta el segundo punto de las cabañas (a 3.700 metros) ya se podía sentir la altitud, más la dificultad de respirar un poco y caminar con la mochila a cuestas. El tercer día fue para aclimatarnos, llegando hasta los 4000 metros y volvimos a los 3.700, mientras que el cuarto día las cosas se pusieron difíciles porque subimos hasta el último punto antes de la cumbre, es decir, hasta 4.700 metros, entonces me designaron como guía del grupo y además del cansancio, la altitud comenzaba a pegar más y comenzaron los dolores de cabeza, aún soportables. Ese mismo día dormimos algunas horas y a la madrugada siguiente salimos directo hacia la cima". Desde ese punto, en alrededor de 5000 metros de altura "comenzaron los vómitos y náuseas, me sentía bastante mal pero seguimos en medio de la oscuridad y la nieve, más la lluvia que nos pegaba muy fuerte. Seguimos un tramo más y dos horas después llegamos a la cima aunque lamentablemente estuvimos en medio de una tormenta de nieve que tapaba todo, por lo que no se pudo disfrutar mucho de las vistas".  

En la cima del Kilimanjaro, Abiuso calculó que "hacía unos -20 grados", y apuntó que "no se sentía tanto el frío porque estábamos abrigados, pero sí el viento golpeando en la cara y es por eso que ahora estoy quemado por el hielo", aunque "me siento feliz porque es parte de la aventura y por haberlo logrado, disfrutando del camino hasta la cima. Es un sueño hecho realidad".

El misionero adelantó que posiblemente en junio regrese al país, con la finalización del ciclo lectivo en el país africano, aunque está decidido en conseguir otra beca de intercambio con las mismas características para estudiar en Estados Unidos o Europa.

 

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