Internacionales. Escuchar artículo

Brasil probará la semana laboral de 4 días

Los brasileños apostarán desde noviembre por una nueva forma de trabajo. ¿Es posible replicar la medida en la Argentina?

(primeraedicionweb.com.ar) Con el fin de aumentar la productividad empresarial y la calidad de vida de los empleados, los brasileños apostarán desde noviembre por una nueva forma de trabajo. ¿Es posible replicar la medida en la Argentina? Las opiniones.

Después de Reino Unido, Portugal, Islandia, Suecia, España, Bélgica, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica, será el turno de Brasil de experimentar con la reducción de la jornada laboral semanal a 4 días, o 32 horas semanales.

Conducido por la organización 4 Day Week Global, que también lidera proyectos piloto en otras partes del mundo, se realizará en el país durante 6 meses en alianza con la consultora de felicidad corporativa Reconnect Happiness at Work y Boston College. El experimento, aún en fase de planificación, iniciará en noviembre en pequeñas empresas.

A pesar de la reducción del 20% del tiempo de trabajo, los salarios siguen siendo los mismos. “Necesitamos aprender a ser productivos rediseñando la gestión del tiempo y resolver todo lo que hay que hacer durante los cuatro días”, dice a CNN Brasil Renata Rivetti, CEO de Reconnect Happiness at Work.

“Los desafíos de la salud mental están costando caro a las organizaciones, además de los impactos en la sociedad. La adopción de la semana de cuatro días es buena para la empresa, para los clientes, para los empleados y para la sociedad. Será una revolución en el mundo del trabajo; trabajar, posibilitando cambios en nuestra forma de actuar, de una manera más productiva y saludable”, explica Rivetti.

Para 4 Day Week Global la participación de los empleados, y no solo el liderazgo de las empresas participantes, es fundamental para su éxito en otras partes del mundo.

“Los gerentes deben trabajar con sus equipos para evaluar las medidas existentes y determinar si son adecuadas para el futuro”, dice Gabriela Brasil, jefe de comunidad de 4 Day Week Global y representante de la organización en el país.

“La persona que tiene un día más le da más tiempo para cuidar su vida, entonces eso ciertamente aumenta sus índices de bienestar, salud mental y felicidad”, explicó a CNN Brasil Rivetti.

 

¿Y en Argentina?

Instaurada hace más de 100 años, la jornada laboral de 48 horas que rige en la Argentina es de las más largas del mundo. Se estima que los argentinos trabajan entre 30 y 38 horas por semana.

Actualmente hay en curso dos proyectos para reducir la jornada de trabajo: el de la diputada del Frente de Todos y dirigente de la Asociación Bancaria Claudia Ormaechea, que propone una jornada máxima de 6 horas y un tope de 36 horas semanales; y el del legislador también del oficialismo y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, que propone una semana laboral con un máximo de 8 horas diarias y no más de 40 horas semanales.

“Planteamos reducir horas en la jornada laboral de manera tal que la semana se completen 40 horas de trabajo”, dijo Yasky esta semana en declaraciones radiales.

El diputado del Frente de Todos explicó que el proyecto “es similar a lo que está haciendo Chile, que tuvo una reducción de jornada de 48 horas como nosotros y redujo gradualmente a 45 en la primera etapa y ahora acaban de aprobar las 40 horas y puso su jornada laboral en línea con lo que tiene la mayor parte de los países de Europa”.

En tanto, en el Senado, el legislador Mariano Recalde (FDT) también presentó una serie de proyectos de ley que apuntan a reformar las normas laborales vigentes, entre ellos uno que impulsa la reducción de la jornada de trabajo.

“En Argentina el tema del salario a veces no nos permite discutir otras cosas. Pero en el mundo ya se está empezando a hablar de otra manera. No sostengo la idea de que va a generar más empleo. Podrá generarlo, pero no es la razón central. Viene más por el lado de qué pasa con los jóvenes, la disponibilidad de tiempo, conciliar trabajo y vida personal, la salud, las responsabilidades compartidas, el aumento de la productividad y una indirecta mejora de sueldo”, resumió el exministro de Trabajo Carlos Tomada a mediados de abril en un evento en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

 

¿Oportunidad?

De acuerdo al INDEC, el costo salarial cayó un 19% entre 2016 y 2022. Entre 2019 y 2022 se registró una reducción del salario medio (-4,5%) en el marco de una expansión de la productividad (+0,8).

La población económicamente activa (47,6% según el último registro de la Encuesta Permanente de Hogares) aumentó, ya que muchas personas que no buscaban trabajo lo están haciendo porque en sus hogares no alcanza el ingreso (jubilados, jóvenes, amas de casa). También crece el pluriempleo porque un salario no es suficiente.

Los datos los conecta Cecilia Garriga, investigadora de CIFRA-CTA, y así describió un panorama “favorable” para abrir el debate en el país. “Pensar en una reducción de horas manteniendo el nivel salarial implica una recomposición indirecta”, indicó a Página 12.

Yasky agrega otro dato de CIFRA: “Entre 2018 y 2021 se produjo una transferencia de $7,7 billones desde los asalariados hacia el capital, que equivalen al 46% de la masa salarial y al 19,6 del valor agregado de 2021”.

 

Desafío

Sin dudas, uno de los mayores cambios que está impulsando la tecnología es el escenario de una semana laboral de 4 días.

En este sentido, son varias las empresas que en la Argentina hicieron pruebas de ese esquema, replicando experiencias que ya se hicieron también en otros países.

Por el momento son decisiones propias de las compañías, pero ya empieza a ser un tema de análisis más allá de esos ejemplos aislados para instalarse en la agenda.

Desde el punto de vista de los trabajadores es más que probable que una semana laboral de cuatro días tenga alta aceptación. Sumar así un día más al fin de semana. Pero para las empresas implica un gran desafío para adaptarse y mantener sin afectación la actividad.

“La mayoría de las organizaciones aún no están preparadas para reducir un día en la jornada semanal, es un camino muy complejo que lleva tiempo implementar. Toda referencia es útil para el análisis y el debate, pero hay que tener en cuenta que las experiencias de Bélgica, España, Reino Unido, Islandia y otras experiencias internacionales no son extrapolables a la Argentina, porque se trata de contextos muy diferentes en lo que refiere a mercado y regulación laboral, grado de desarrollo económico y hasta cuestiones culturales”, opinó al respecto Maximiliano Schellhas, Director General de Staffing, Key Accounts & Inhouse Services para Randstad Argentina.

En una nota publicada esta semana en Ámbito, Schellhas remarca que “el tema de la tasa de productividad no es un tema menor a la hora de analizar cualquier opción de reducción de jornada con mismo salario, ya que ese factor es lo que definirá la sustentabilidad del camino elegido”.

Además, sostiene que “en el caso de Argentina, tenemos un marco regulatorio laboral que presenta muchas asignaturas pendientes en relación a la dinámica del mundo del trabajo actual y los trabajos del futuro, que no contempla los nuevos formatos de trabajo que han venido imponiéndose con el avance de la tecnología y los cambios sociales, de modo que sería poco efectivo abordar un debate sobre la reducción de la jornada laboral sin hacerlo con una mirada integral que aborde las principales materias pendientes de nuestro marco normativo”.

“La semana laboral de 4 días requiere de nuevas dinámicas del día a día del trabajo, su implementación también dependerá de las distintas posiciones en una organización, va más allá de la flexibilidad, de dónde están ubicadas físicamente las personas o si tiene buena conexión a internet; sino de una revalorización de la calidad del tiempo, las prioridades a la hora de afrontar un desafío laboral, se deberá medir la productividad en base al alcance de objetivos y se ponen en juego también otras cuestiones más profundas, como la confianza y la responsabilidad de los empleados”, dice por su parte Claudia Sadowyk, Gerente de Negocios y Servicios de Bayton.

 

La lectura de la UIA

Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, opina ante una consulta de Página 12: “Argentina es mucho más industrializada que Chile. Hay otro tipo de actividades. Las 48 horas semanales están bien. Eso no significa que todo el mundo trabaja 48 horas, depende del convenio, en la industria hay más de 800. Hay un gran espacio para la autonomía de la voluntad colectiva. No creo que tenga que haber una modificación del máximo legal: son las partes las que pueden establecerlo en el marco de su contrato individual o colectivo”.

Por otro lado, el también presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) pone el acento en la “informalidad”. “Los grados de evolución tecnológica no son homogéneos, en el caso de las micro y pequeñas empresas. Cuando se ponen condicionantes que no permiten el armado ni la productividad adecuada, y con los niveles de presión fiscal de la economía formal, se termina generando más informalidad”.

 

¿Qué dice la ley?

La Ley 11.544 establece que en Argentina la jornada de trabajo no podrá exceder las 8 horas diarias o las 48 horas semanales. Es decir, fija un tope de no más de 8 horas diarias durante 6 días por semana.

Quedan exceptuados de esta disposición los trabajadores rurales, empleadas domésticas o familiares del dueño o jefe de una empresa, explica el sitio Chequeado.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), nuestro país cuenta con uno de los regímenes legales más altos del mundo. Esta característica es compartida por muchos países latinoamericanos (como Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela y México) y del sur de Asia.

En tanto, la mayoría de los países de Europa tiene un límite legal de 40 horas y sólo 3 naciones en el mundo (Suiza, Seychelles y Kenia, según la OIT) superan las 48 horas semanales. Estados Unidos, por su parte, no cuenta con un límite legal de horas trabajadas.

 

¿Cómo es en otros países?

Entre 2015 y 2019, el Gobierno de Islandia realizó una prueba piloto con empleados de la administración nacional y del Ayuntamiento de Reykjavik (la capital del país), quienes pasaron a trabajar 4 días a la semana, reduciendo la jornada semanal de 40 a 35 horas.

Según informó la BBC, a los trabajadores se les pagó lo mismo por trabajar menos horas, y la productividad se mantuvo o mejoró.

Una experiencia similar se realizó en Reino Unido en 2022, a cargo de la organización “4 Day Week Global” en colaboración con la Universidad de Cambridge: durante 6 meses unas 60 empresas privadas con alrededor de 2.900 empleados adoptaron un régimen laboral de 4 días a la semana, sin modificar los ingresos de los trabajadores.

De acuerdo con el informe elaborado por los organizadores de la experiencia, al final de la prueba piloto “el 39% de los empleados estaban menos estresados, y el 71% había reducido los niveles de agotamiento”.  Las empresas, por su parte, mantuvieron sus ingresos e incluso los aumentaron un 1,4%.

En Valencia (España) se inició en abril último una prueba piloto para establecer una jornada laboral de 4 días para todos los trabajadores. La iniciativa finalizó en mayo, y coincide con la concurrencia de 3 lunes consecutivos de feriados, que el Ayuntamiento local aprovechó para testear esta modalidad laboral.

Finalmente, en Chile el Congreso aprobó recientemente una modificación a la ley laboral, reduciendo la jornada laboral de 48 a 40 horas. Según datos de la OIT, en ese país el promedio semanal es de 37,7 horas.

 

Comparador

De acuerdo con los últimos datos relevados por la OIT (que corresponden a 2022), la Argentina registra (en promedio) 34,6 horas de trabajo por semana y se ubica en el puesto 134 sobre 163 naciones analizadas.

Con este nivel, nuestro país se encuentra por debajo de otros países de Latinoamérica, como Colombia (43,4 horas), México (42,7), Venezuela (38,7) Bolivia (38,5), Brasil (37,9), Chile (37,7) y Perú (37,3). Y quedó en el mismo nivel que Uruguay (34,6) y por encima de Ecuador (34,5).

En la comparación internacional, el promedio de horas semanales trabajadas en la Argentina se encuentran en un nivel similar a los registrados en países europeos tales como Finlandia (34,9 horas), Dinamarca (34,5), Alemania (34,3) y Noruega (33,5).

En Cuba y Venezuela la reducción progresiva está en la Constitución.

En Ecuador se impulsó por acuerdo interministerial (en 1980 y 1997). Esta es la primera vez que la medida es una norma votada por el Congreso.

Los países con mayor carga horaria semanal fueron Emiratos Árabes Unidos (52,6), Gambia (50,8), Bután (50,7), Lesoto (49,8) y Congo (48,6). En tanto, los países con menos horas semanales trabajadas fueron Somalía (30,1) y Francia (30,1), Etiopía (29,8), Austria (29,5) y Mozambique (28,6).

 

“Probamos tres meses, fue un éxito y decidimos seguir”

Entre las empresas más conocidas que en la Argentina aplican la modalidad de jornada laboral reducida está Unilever. Otras lo están probando con buenos resultados.

En una charla que organizó la consultora Great Place To Work tres compañías contaron la experiencia.

Judith Irusta, CPO & People Officer de Quales Group, especializada en soluciones de datos, afirmó que la decisión de implementar esta modalidad estuvo inspirada por el objetivo fundacional de la empresa de poner a “las personas en el centro” y acompañar esa premisa con hechos.

“Entendimos que estábamos preparados para implementar algo distinto. Nos interiorizamos sobre esta nueva modalidad que se está aplicando en distintas partes del mundo”, comentó.

“En agosto del año pasado, empezamos con una prueba de 3 meses. Esa prueba finalmente fue exitosa y decidimos que esta medida nos seguirá acompañando. Ya pasaron 6 meses desde su implementación y estamos felices con los resultados”, relató Irusta.

Por su parte, Margarita Solivellas, Directora de Recursos Humanos & Administración de Midas Consultores, contó que comenzaron en 2021 a aplicar la jornada de cuatro días.

“Evaluamos varias alternativas, hasta que surgió la posibilidad de aplicar la semana laboral reducida, algo que en ese momento parecía bastante loco. En Argentina, solo había una empresa muy chica que lo aplicaba, con muy poca gente y tampoco lo hacía todas las semanas. Sí había casos en otros países, como Finlandia y Alemania”, recordó.

“Durante un mes, en vez de tener un día de trabajo menos por semana, hicimos medio día. Empezamos en septiembre del 2021, por eso lo llamamos experiencia primavera, y ya en octubre pusimos en práctica la semana reducida en su plenitud”, completó Solivellas.

En tanto, María Florencia Morales, Líder de Desarrollo Corporativo de Global Think Technology, comentó que “en la industria tecnológica hay una alta demanda de los servicios profesionales y además existe una alta rotación de personal. Compañías de Gran Bretaña, Holanda y Bélgica están adelantadas en ese sentido”.

“En agosto, empezamos con la fase 1, que implicaba un viernes libre al mes. Mientras que, a fines de 2022, decidimos adelantar la segunda instancia, en la que nos encontramos ahora, con dos viernes libres al mes”, contó Morales.

 

Fuente: medios digitales

Comentarios
Volver arriba