Economía.

¿Por qué el consumo no cayó?: ¿Vamos mal, pero bien?

La primera alerta se asocia a un cambio en la trayectoria del poder adquisitivo

(primeraedicionweb.com.ar) Un informe reservado de una consultora de un exministro del gobierno de Mauricio Macri detalló los factores que permitieron un desacople entre la alta inflación y la crisis financiera en relación con el poder de compra de los ingresos.

“Estamos mal pero vamos bien” fue una frase muy utilizada por el expresidente Carlos Menem en los ‘90. Ahora la expresión volvió. Un informe que circula entre los empresarios recupera ese concepto paradojal para explicar por qué en la primera mitad del año mientras muchos de los indicadores macroeconómicos mostraron un mal desempeño, el consumo no se “acopló” a esa tendencia.

La consultora Abeceb destacó que esta diferencia ya muestra señales de agotamiento por problemas propios del ciclo económico y por la estrategia del Ministerio de Economía de “enfriamiento” de la actividad agregada para tratar de frenar la altísima inflación, pese a los cortocircuitos registrados con el Banco Central (el último, en torno del dólar-soja).

“Se acerca el fin de la paradoja: la macro mal, pero nos va bien. El deterioro de todos los indicadores financieros, monetarios y fiscales, junto con los dos fogonazos inflacionarios, corrió en paralelo con un buen desempeño de la actividad productiva al menos hasta julio”, alerta el informe de la consultora fundada por Dante Sica.

 

 

Multinacionales

Por este motivo, “a las casas locales de las empresas multinacionales les cuesta explicarles a sus headquarters internacionales que el mercado de consumo no sigue -por el momento- la trayectoria de los indicadores macro que muestran un deterioro de las condiciones”.

De hecho, un informe de Scentia Consulting también muestra que el consumo se mantiene en un terreno positivo: entre enero y agosto creció el 3,7%.

De todos modos, aclaró Abeceb, “la música deja de sonar: la actividad productiva muestra algunas señales de desaceleración y enfriamiento en el tercer trimestre”.

 

 

Hasta ahora, el desacople con el deterioro macro se asoció a cuatro factores, según la consultora de Dante Sica:

 El empuje de los precios internacionales (que comprometió las cuentas externas y generó el primer fogonazo inflacionario) determinó una mejora en los precios relativos del complejo oleaginoso y cerealero, traccionando la demanda de toda la cadena desde los insumos hasta la maquinaria agrícola, pasando por la construcción y el despegue de la industria del entretenimiento, luego de la crisis por la pandemia y la cuarentena.

• “El salario real formal no cayó”La estrategia “ante el primer fogonazo fue la de un adelantamiento de las paritarias, una indexación de facto a lo que se sumaron salarios que ya venían acelerados por el retraso de las negociaciones de 2021”. Esto convalidó un relativamente buen desempeño del consumo masivo en la primera mitad del año. Por el lado de los informales y cuentapropistas, “la caída en los ingresos nominales se vio en parte compensada con un aumento de la tasa de actividad, el pluriempleo y el trabajo por horas, derivando en una tasa de desempleo relativamente baja”, destacó Abeceb.

 La falta de opciones de ahorro “implicó una aceleración de la demanda, adelantando oportunidades de compra a través del financiamiento con tarjeta de crédito, con ventas rozando los récords para línea blanca, y electrónica de consumo”.

• Récord de participación de la industria nacional “en el abastecimiento del mercado interno. Un cepo importador cada vez más rígido generó oportunidades de mercado a la producción local. La industria automotriz, la de turismo, la de confecciones y textiles, incluso la metalmecánica y de maquinaria agrícola ocuparon más posiciones de mercado. Incluso, inversiones en la industria de envases y de bebidas alcohólicas buscaron ganar representatividad a través de operaciones de M&A para garantizar el abastecimiento local”.

 

ATP 6

 

El cambio de escenario

Sin embargo, Abeceb alertó que “el pragmatismo del ministro Sergio Massa y los actuales niveles de inflación le ponen un freno al desacople de la macro y la producción”.

“La primera alerta se asocia a un cambio en la trayectoria del poder adquisitivo. En particular, luego de la salida del exministro de Economía Martín Guzmán no hubo convocatoria ni adelanto de paritarias y, si bien las paritarias tienen estrategias abiertas de renegociación que empezaron este mes y se extienden hasta noviembre, en un contexto de alta inflación, uno o dos meses significan una pérdida de poder de compra significativa”.

Para el segundo semestre “la caída del salario real podría ser de 4 puntos porcentuales en diciembre, y de más de dos puntos en el promedio del semestre. A ello se suma, el menor ingreso disponible esperado por el impacto de tarifas (probablemente con más impacto en marzo en términos del bolsillo de las familias que en diciembre)”.

Además, “el consumo masivo ya observa las primeras señales de enfriamiento. En un contexto de alta inflación se mantiene la estrategia de compensar volumen por precio para limitar el impacto en la rentabilidad. La industria de confecciones evidencia signos de desaceleración de las ventas por mostrador”.

“La primera señal se observa a una incipiente extensión de las cadenas de pago, en un contexto donde el impacto aguas abajo (hacia la industria textil) es limitado, por la ausencia de competencia importadora. Esto repercute en forma directa en la estructura de precios relativos, incluso con precios de la materia prima como hilados y algodón que se incrementaron incluso más allá del IPC”, comenta el informe privado de la consultora Abeceb.

En el caso de la construcción, “la inflación y la brecha jugaron a favor, aunque la volatilidad de precios y niveles de inflación tan elevados por tantos meses permiten anticipar complicaciones tanto para obras privadas grandes como para las públicas”.

“Si bien no observamos retrasos mayores a los habituales en los pagos de Nación y provincias, el esquema de redeterminación de precios cada tres meses tiene un impacto financiero muy alto en las empresas (con una inflación que en tres meses superó el 20%). En la obra chica, el límite se asocia a la merma de los excedentes en pesos, los cambios en los precios relativos y el elevado nivel de incertidumbre que frena los inicios de obra”, agrega el trabajo de Abeceb.

 

Paritarias dinero salarios

 

¿Cuánto bajó el ingreso medio de los argentinos desde 2019?

El ingreso medio mensual de los argentinos al cierre del segundo trimestre de 2022 fue de $66.552, de acuerdo al informe Evolución de la distribución del ingreso (Encuesta Permanente de Hogares), difundido esta semana por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Se trata de un monto equivalente a US$267,1 al dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos) del 30 de junio, lo que representa una merma del 6,2% frente al registro del mismo período de 2020 (US$ 284,8), y de 16,6% contra junio de 2019 (US$ 320,4), reportó Bloomberg Línea el viernes.
El ingreso promedio en la Argentina, medido en dólares, quedó estable en la comparación interanual, sin embargo.Al final de junio de 2021, el ingreso medio fue de $43.907 mensuales, o US$ 268,3 al dólar MEP de ese momento.

Salarios vs. inflación
Pero, ¿le ganaron los ingresos a la inflación? Entre junio de 2021 y el mismo mes de este año, el ingreso medio en la Argentina medido en pesos aumentó por 51,6%, mientras que la inflación acumulada en el periodo fue de 69,3%.De ese modo, los salarios perdieron contra la suba de precios.
Donde se notó un deterioro más significativo en la comparación interanual fue en los 3,4 millones de no asalariados -patrones, cuentapropistas y trabajadores familiares sin remuneración-, quienes registraron un ingreso medio de $55.008, o US$ 220,7 al dólar MEP.
En el mismo periodo de 2021, ese segmento de la fuerza laboral había reportado ingresos de $38.236, o US$ 233,7 al dólar MEP de ese momento.De acuerdo el último informe publicado por el INDEC, los varones argentinos ganaron al final del segundo trimestre de 2022 un promedio de $76.306 por mes.
Las mujeres, en cambio, percibieron un ingreso medio de $56.997.

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