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“Hay muchos productores yerbateros arrepentidos de haber votado a Milei”

Así lo afirmó Cristian Klingbeil, productor misionero. La desregulación del mercado trajo la posibilidad a las grandes industrias de importar libremente materia prima de Brasil y Paraguay.

(primeraedicionweb.com.ar) Así lo afirmó Cristian Klingbeil, productor misionero. La desregulación del mercado trajo la posibilidad a las grandes industrias de importar libremente materia prima de Brasil y Paraguay, con beneficios impositivos que los productores locales no tienen. 

El rumbo de la economía nacional no es el que muchos esperaban cuando votaron al presidente Javier Milei en las elecciones de 2024. La promesa de que el ajuste lo iba a pagar solamente la clase política no se cumplió y el recorte golpea a todos por igual, sumado a los tarifazos, la suba del costo de vida en general y la caída de la actividad económica.

En este sentido, uno de los rubros económicos más importantes de Misiones se está llevando la peor parte. Esto es como consecuencia de dos decisiones directas tomadas por el Presidente: la apertura a las importaciones de hoja verde de yerba mate de Paraguay y Brasil; y la desregulación del mercado yerbatero al eliminar los precios mínimos de referencia que la industria molinera debe pagarle al productor por la materia prima.

Al respecto, Cristian Klingbeil, productor yerbatero y tealero de Misiones, señaló que “hay muchos yerbateros que están arrepentidos de haber votado a Milei”.

En declaraciones a PRIMERA EDICIÓN el dirigente que además fue candidato a diputado nacional de Juntos por el Cambio, señaló que se tienen “perjudicados y decepcionados” porque “la apertura de la importación generó un daño tremendo porque además le quita impuestos a la materia prima que viene de afuera y compite con la nuestra. Le beneficia al de afuera y nos perjudica a nosotros”.

También dijo que el precio, que venía subiendo en forma continua en los últimos meses “no solo que paró de subir sino que ahora los secaderos y la industria empezaron a pagar con cheques, es algo que se va a ir generalizando y van a empezar a aparecer los cheques largos”.

“Entonces la gente ya está viendo que no votamos para esto, no pensamos que el ajuste iba a ser tan grave por sobre nosotros porque el combustible no para subir, el problema de blanquear a la gente continúa porque no quieren perder los beneficios sociales, el costo de vida sube todos los días, la gente está haciendo malabarismos, muchos se ven defraudados lamentablemente, sienten que se equivocaron feo”, explicó.

Varios secaderos ya están avisando que pagarán una parte en efectivo y otra en cheques. Y que, en los casos que paguen el 100% en efectivo, el costo operativo de cambiar los cheques se lo cobrarán al productor, con lo cual se les recorta el precio entre 5% y 10%. La situación se generaliza, según entienden los productores, porque los cinco grandes molinos que manejan el 85% del mercado yerbatero se pusieron de acuerdo para cambiar las reglas de juego y pagar de otra manera, desde que está vigente el DNU del presidente que desreguló el mercado y eliminó los precios mínimos de referencia.

Consultado si los cinco grandes de la industria están detrás de la medida presidencial, Klingbeil sostuvo que “si hacemos memoria y recordamos lo que pasó en los 90, quiénes fueron los causantes de la anterior desregulación, quiénes estaban en el Gobierno, quiénes nos hicieron salir a las rutas. Ahora la historia se repite”. Y enfatizó que “el puertismo y la molinería correntina fueron los primeros en salir a festejar la desregulación”.

Contó además que hubo productores que este año apuraron su cosecha para cobrar de contado por temor a que el precio caiga (o deje de subir, como está ocurriendo) y por temor a las plagas que en años anteriores afectaron la productividad de las plantas. Pero “los que quisieron esperar un poco, van a terminar financiando la bicicleta financiera que es lo que van a hacer los molineros”.

 

“Yo en lo personal creo que la no designación de un presidente del INYM es principalmente pedido de Puerta. Entonces le dejan al INYM sin presidente y queda limitado en muchas de sus facultades. Creo que esta situación del INYM, la desregulación y la apertura de importaciones es una jugada a pedido de dos molineros para poder hacer sus grandes negociados como lo están haciendo”, sostuvo el referente.

 

Cómo reparar la crisis

El dirigente consideró que “para que esto no se agrave se tiene que cortar la libre importación de yerba y mucho menos si tiene beneficios impositivos, eso para mí es una falta de respeto al productor argentino”.

“Se liberó importación de todo con beneficio impositivo, es una tomada de pelo, no nos baja impuesto a nosotros y le da beneficios a los productores de los países vecinos, es una locura”, se lamentó. Y por otra parte, “no permitir la importación de yerba granel, que la yerba venga con nombre y apellido, que venga con marca, que venga con lugar de origen, para que el consumidor sepa bien que está comprando un producto importado”.

“Sino al consumidor argentino lo podemos estar engañando, le decimos que en un paquete tiene yerba de industria argentina y tal vez lo único que tenga como industria argentina sea el paquete y la yerba adentro sea importada, entonces la yerba debería ingresar fraccionada en medio kilo, un kilo, dos kilos y listo, no la entrada a granel”, precisó Cristian Klingbeil.

Recordó que “Brasil no te deja importar vino a granel, el arroz también tiene restricciones, entonces yo creo que esto no es una locura, es una medida de protección y de igualdad de condiciones, y que tributen los impuestos como tiene que ser”.

Por último dijo que “tenemos que tener un precio mínimo de referencia, el mercado yerbatero no funciona cuando le das libertad a las grandes industrias, se transforma en libertinaje. Tenemos que tener una fijación de un precio mínimo de referencia, analizando bien los costos, para no volver a repetir la historia de los 90”.

 

Zafra gruesa sin precio mínimo

Por primera vez en 22 años, los productores yerbateros iniciaron desde el 1 de abril el período de cosecha gruesa sin un precio sostén para la hoja verde y la canchada. Es que el Instituto Nacional de la Yerba Mate quedó sin esa facultad luego del DNU del presidente.

La desregulación no debería impactar en los precios de góndola. Pero como no hay control de precios del Estado, las grandes industrias pueden competir y acordar entre ellas lo que quieren que valga. Tampoco modificó, en principio, lo que paga la industria a los productores de hoja. Por la necesidad de hacer stock, siguen pagando $370 por kilo puesto en el secadero. Pero los productores reclaman $500.

El efecto del DNU se verá en meses y años, cuando los molinos tengan stock y yerba importada. Ahí necesitarán menos de la yerba local y seguramente impondrán sus condiciones en la negociación de precio, perjudicando al productor, como ya ocurrió en los años 90.

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