
“Tuve un ataque de pánico, me inyectaron clonazepam y, cuando desperté en mi casa con él, estaba sin ropa, con dolores y signos de abuso”, grave denuncia a un agente de la Policía de Misiones
Denuncia violencia de género, abuso de poder y una justicia que no responde, dejándola sin hogar, sin trabajo y sin acceso a su familia.
(misionesonline.net) Cintia Postel enfrenta una lucha desesperada contra un sistema que, lejos de protegerla, la obliga a negociar con su agresor para ver a sus hijas. Denuncia violencia de género, abuso de poder y una justicia que no responde, dejándola sin hogar, sin trabajo y sin acceso a su familia.
En una conmovedora entrevista con Misiones Online, Cintia Postel relató su calvario de violencia de género y la falta de respuestas de la justicia. “Cansada, muy cansada”, fueron sus primeras palabras al describir la situación que enfrenta desde hace meses, sin avances en su caso y con la obligación de “negociar con mi abusador” para ver a sus hijas.
Cintia fue víctima de violencia física, psicológica y económica por parte de su expareja, Alexander Yonathan B., un agente de la Policía de Misiones. “Nunca hizo un curso de ascenso, tiene sumarios, bajo desempeño y certificados médicos truchos, pero sigue en funciones”, reveló.
Las amenazas fueron constantes: “Él me decía ‘si yo me voy, prendo fuego la casa’”. A pesar de los intentos de Cintia por alejarse y proteger a sus hijas, el sistema judicial tomó decisiones que la dejaron desamparada. “El 14 de septiembre hice la denuncia y me dijeron: ‘Andá a buscar vos a tus hijas’. Cuando fui, él ya las había llevado a la comisaría. Intenté llamar a un abogado y, de repente, me esposaron frente a mis hijas, diciendo que era por averiguación de antecedentes”.
El calvario de Cintia no terminó allí. Expulsada de su hogar por orden judicial, sin acceso a sus hijas y con un sistema que le pone trabas, sigue luchando por recuperar su vida y denunciar los abusos sufridos. “La jueza Miryam Guideck dejó al victimario con mis hijas y me sacó de mi casa y mi trabajo. No puedo creer que después de todo lo que pasé tenga que negociar con él para verlas”, expresó con indignación.
La violencia que sufrió Cintia fue integral: “Me decía ‘seguro tenés otro’, me hostigaba en el trabajo, me impedía estudiar, me manipulaba económicamente”. También relató episodios de abuso sexual: “En agosto tuve un ataque de pánico, fui a la guardia, me inyectaron clonazepam y cuando desperté, estaba sin ropa, con dolores y rastros de abuso. Él lo negó todo”.
A pesar de tener evidencias y testigos, las autoridades no han actuado con celeridad. “Tengo videos, testigos, pruebas, pero la jueza no quiere verlas”, denuncia. Hoy, sigue sin contacto con sus hijas y enfrentando una batalla judicial que se dilata sin respuestas concretas.
Cintia Postel es una de las tantas mujeres que luchan por justicia en un sistema que, según sus palabras, parece estar del lado del agresor. “No puede ser que después de 10 años de violencia tenga que seguir rogando para ver a mis hijas”, concluyó.
denuncia a un agente de la Policía de Misiones
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