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Adolescente que denunció a funcionario ratificó ante el juez que fue golpeada, violada y amenazada de muerte

La menor declaró ayer en Cámara Gesell y coincidió con lo que ya relató en la Fiscalía el 17 de mayo. Se espera que el juez Ricardo Balor fije ahora una fecha para indagar al sospechoso.

(primeraedicionweb.com.ar) En Cámara Gesell la adolescente de 17 años que el viernes 17 de mayo denunció a un funcionario público por abuso sexual, golpes y amenazas de muerte, ratificó ayer ante el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor lo que plasmó oportunamente y ahora se aguarda la decisión del magistrado respecto a la citación a indagatoria del acusado, esposo de una jueza de faltas de esta capital.

De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN la menor de edad volvió a ser contundente sobre lo que sufrió entre el invierno de 2021 y verano de 2022 cuando cuidaba como niñera al hijo de quien se habría convertido en su victimario.

Hace 20 días la víctima concretó la denuncia ante el fiscal de Instrucción 6, René Germán Casals. El mismo relato que ayer, por orden del juez Balor, debió repetir con la asistencia de profesionales de la salud mental en Cámara Gesell.

Vale remarcar que durante el tiempo transcurrido al apuntado como autor de violación, golpes y amenazas de muerte, solo se le solicitó notificar un abogado defensor y tomar conocimiento de una orden de prohibición de acercamiento a la menor.

En cuanto a la protección para la adolescente, solo se le autorizó bajar un botón antipánico a su teléfono celular.

Es válido remarcar que tras la denuncia el fiscal solicitó que se detuviera al acusado, pero el juez no coincidió en la medida de prevención y ahora se espera que determine cuándo citará al involucrado en hechos que provisoriamente se investigan como “abuso sexual agravado con acceso carnal y amenazas”.

Como lo adelantó este Diario en exclusiva, el denunciado es un funcionario público, esposo de una jueza de faltas de Posadas. Pero también con actividad de referencia en el ámbito deportivo de la provincia, principalmente como dirigente de APOFUSA.

La misma contundencia

La adolescente denunciante se presentó en la Fiscalía que encabeza Casals y con pormenores describió los delitos contra su integridad sexual y que pusieron en riesgo su vida.

Fue abusada con acceso carnal, golpeada y amedrentada para que callara lo sufrido. Durante el tiempo transcurrido hasta habría intentado suicidarse aterrorizada por lo sufrido.

De algunos tramos de la versión de la víctima, con las identidades de los protagonistas preservadas por este medio para evitar la revictimización, se pueden resaltar los momentos clave: “Yo trabajaba en la casa cuidando al hijo. Yo quise hacer la denuncia porque él (acusado) cada vez que me quería llevar a mi casa, me acariciaba el pelo y yo le decía que a mí no me gustaba que me tocaran en pelo, le pedía por favor que no lo hiciera. Pero él se reía y decía que no pasaba nada y en vez de llevarme a mi casa tomaba otro camino”.

“Paraba y me empezaba a hablar de sexo y a preguntarme si yo quería perder la virginidad. Yo le respondía que por favor me llevara a mi casa, que no me sentía cómoda y que me quería ir. Empezó a besarme el cuello, yo le pedía por favor que dejara, que parara de hacerlo y lo empujé. Le dije que si me seguía tocando le iba a contar a mi mamá y papá. Ahí me dijo que yo no iba a decir nada y que si lo hacía no me iban a encontrar”.

“Ya era de noche y él me tenía que volver a llevar a mi casa. Yo nunca pedía que él me llevara sino que me buscara mi mamá. Pero él me llevaba por distintos caminos”.

“Comenzó a manosearme de nuevo y me forzaba a que le hiciera sexo oral y le mordí la pierna para frenarlo pero me agarró del pelo y comenzó a pegarme. De una cachetada me rompió la boca y me amenazó que no me iban a encontrar viva si le contaba a mis padres. Me amenazó a que dijera que el golpe en la boca fue jugando con el hijo”.

 

Amenazada

“No dije nada por miedo, volví al trabajo y en la casa me violó. El hijo estaba dormido, la esposa no estaba en la casa y el me agarró del cabello y me arrastró hasta la pieza de él. Tenía una soga arriba de la cama, me ató los pies y yo comencé a gritar y él me repetía que nadie me iba a escuchar porque no había nadie cerca”.

“Me decía que si yo contaba además le iban a sacar la casa a mi madre y a mi padre lo iban a echar del trabajo. Y me repetía que a mí me iba a hacer desaparecer y me iban a encontrar muerta tirada por ahí”.

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