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"Ante Dios le quiero pedir perdón, es algo que yo no quería hacer"

Día I del juicio en el Tribunal Penal Uno por el homicidio de Gustavo Gallego Rojas en el barrio Yacyretá

(elterritorio.com.ar) Brayan Damián Casso Acosta (28) fue el único de los dos imputados que tiene el debate por homicidio que habló está mañana ante el tribunal. Reconoció que forcejeó con la víctima y que utilizó un cuchillo contra la vìctima, aunque dijo que no recuerda mucho lo ocurrido en el departamento.

Se llevó a cabo esta mañana en la sala de audiencias del Tribunal Penal Uno de Posadas la primera jornada del juicio oral que busca determinar qué tipo de responsabilidad tuvieron dos imputados en el asesinato del prestamista colombiano Gustavo Gallego Rojas, quien fuera ultimado a puñaladas dentro de su departamento del barrio Yacyretá de la capital provincial en febrero de 2021.

Tanto Brayan Damián Casso Acosta (28), como José Ramón Ramírez (30), están en la mira e imputados por homicidio criminis causa y robo en concurso real. Y desde esta mañana comenzaron a ser juzgados por los jueces Gustavo Bernie -presidente-, Viviana Cuckla y Fernando Verón, este último por subrogación.

Cómo primera instancia en el proceso de apertura del debate, por secretaria se leyó el auto de elevación a juicio hecho oportunamente por la fiscal Patricia Clerici, quien actuó en la investigación junto al titular del Juzgado de Instrucción Siete, Miguel Mattos.

Forcejeó y escape
El primero en ser sentado frente al tribunal fue el principal apuntado en el caso: Brayan Damián Casso Acosta, quien representado en el debate por la letrada Liz Vargas, decidió hablar sobre lo que según él ocurrió en casa de la víctima durante la madrugada del 28 de febrero de 2021.

En primera instancia comenzó relatando que a la ciudad había llegado en 2020 ya que previamente se encontraba trabajando en Corrientes junto a su primo. Pero que, por una propuesta laboral de la víctima, decidió arribar a Posadas para llevar a cabo un negocio junto a Gallego Rojas.

"El me plantea un negocio y ahí empezamos a trabajar juntos. Duramos varios meses haciendo lo que era el cobro de préstamos. Pero después empezaron a haber problemas por falta de dinero y hubo diferencias de plata y en dónde yo le hacía reclamos y él no me respondía", inició su relato el acusado, quien comentó que en esa época estaba acompañado de su pareja, quien cursaba un embarazo y que además trabajaba en la venta de muebles.

Siempre desde la cronología expuesta por el acusado, Casso Acosta -quien también es colombiano- decidió abrirse de la sociedad y retirarse con el poco dinero que había juntado para emprender un negocio en soledad. Aunque indicó que en reiteradas oportunidades buscó mediante mensajes que Gallego Rojas le devuelva el dinero que le debía.

Pero ya en 2021, mientras compartía una ronda de pool en un local nocturno se topó con un conocido suyo quien le alertó de algo que involucraba a Gallego Rojas.
El acusado mencionó a un tal Koki como quien aquella noche le alertó: "Él me dice que Gustavo quería sacarme del camino, que con otra persona querían sacarme del negocio y me dijo que anduviera con cuidado", relató el encartado. Y que días posteriores, la víctima le envió mensajes para invitarlo a jugar al pool ya que un amigo suyo quería conocerlo: “Le agarró un ataque de amistad de un momento a otro después de que toda venia mal. Yo le acepté en Late (en mención a un bar de la avenida Uruguay) que conocía el pool y me insistía para buscarme con el otro muchacho con el auto y que él me quería conocer para hacer apuestas en el pool. Yo le dije que no, que había ido varias veces y que me iba en moto, que me esperara, pero yo obviamente no iba a ir si sabía lo que estaban preparando”.

Además, reconoció que esto último lo obligó a tomar una decisión importante. “Yo, asustado, no quería que le pasara nada a mi familia, la mamá de mi hija estaba en embarazo en ese momento, y no quería que le pasara nada por mi culpa y decidí irme de Posadas. Hago una parte de las cobranzas, vendo mi moto y le digo que me iba a trabajar con mi primo en Corrientes”, relató el imputado, quien por miedo mencionó que se fue de la ciudad para emprender de cero un nuevo emprendimiento en la vecina provincia.

Pero pasado un tiempo, Casso Acosta optó por regresar a Posadas ya que quería estar en el nacimiento de su hijo y que de paso realizaría algunas cobranzas pendientes. Todo esto, en los horarios en que Gallego Rojas no trabajaba.
Pero tras estar algunas horas realizando sus cobranzas, en compañía de Ramírez, decidió ir hasta el departamento de Gallego Rojas para según él “iba hablar de un tema personal”. Y refirió que, al llegar al departamento, la victima lo recibió con una sonrisa y sorprendido por la visita de Casso Acosta.

“Yo le pido para pasar al baño, en eso escucho un ruido y cuando salgo veo que estaba forcejeando con Ramírez. Yo me meto, empujo a Gustavo y él cae sobre una ventanita que queda en la casa. Él me dice sobre que yo estaba haciendo, por qué había ido sin avisar y en la orilla de la ventana había un cuchillo, el me ataca y me dice que mi familia iba a ver, que él sabía dónde vivía mi familia, que yo iba a pagar por lo que estaba haciendo, que no tenía derecho a venir a casa de él. Yo lo único que hice fue agarrarle la mano que fue donde me cortó”, precisó el encartado sobre la discusión que tuvo con Gallego Rojas.

Sobre esto último además añadió: “Cuando yo veo el corte, forcejeo sobre la muñeca y ahí es cuando se le cae el cuchillo, yo agarro el cuchillo y le quiero decir que se quede quieto, que yo no quería lastimarlo, que lo único que quería era que me dejara en paz y poder arreglar algo de la plata y que si no me iba a pagar de estar tranquilo con mi familia”.

Acto seguido, aseguró: Yo agarro el cuchillo y lo único que me acuerdo es que cuando vi la sangre tiré dos puntazos así de frente para que él se quedara quieto, él se fue a la cocina y de una mesada sacó un cuchillo y se me vino a querer cortarme, me tiraba a ciegas. Hubo un momento en que yo prácticamente no me acuerdo muy bien de todo lo que pasó porque fue muy rápido, veía así tipo rojo, no era esa persona yo, prácticamente me desconozco porque no soy así”.

Ante el tribunal, el acusado dijo que el fallecido le tiró varios puntazos y que luego de la discusión lo único que atinó a hacer fue tomar las llaves de la moto del dueño de casa que estaban sobre la mesa e irse junto a Ramírez del lugar. Comentó no recordar por qué calles tomaron, pero que terminaron en cercanías a un arroyo del barrio A4 en donde estuvo por más de una hora en estado de sumo nerviosismo por lo ocurrido. Y que luego de esto, se comunicó con un conocido a quien le pidió que lo busque y que le de refugio por esa madrugada, pero sin contarle nada de lo que había ocurrido.

También agregó que decidió guardar la moto de la víctima en casa de este conocido y que se quedó en una piecita que esta persona le prestó. Aunque al día siguiente, el dueño del refugio se enteró de la muerte de Gallegos Rojas y que tanto Casso Acosta como Ramírez eran buscados por lo que decidió entregarse a la Policía. Todo esto, luego de despedirse de su pareja.

Pedido de perdón
Luego de responder preguntas del Ministerio Público Fiscal y de la Querella, representadas por Martín Raú y Diego Rojas, respectivamente, y antes de terminar con su declaración, Casso Acosta pidió permiso a los jueces para pronunciar unas palabras a familiares de la víctima que estaban presentes en la sala de debates. “Respeto al hermano de Gustavo o al familiar que está aquí al frente. Yo realmente ante Dios le quiero pedir perdón, por todo lo ocurrido, es algo que yo no quería hacer, algo que paso muy rápidamente todo, decirle que no era yo esa persona y quería pedirle perdón”, indicó el encartado antes de finalizar su declaración.
Por su parte, por recomendación del defensor oficial Mario Ramírez, el otro imputado en la causa optó por no declarar cuando le tocó el turno de sentarse en el banquillo frente al tribunal.

Previamente a la comparecencia de los acusados, de común acuerdo entre las partes se decidió incorporar por lectura la declaración testimonial de tres efectivos policiales que en su momento aportaron datos e intervinieron en la pesquisa. Se trata del oficial subayudante Nicolás Gómez, quien se desempeñó como secretario de actuaciones junto al subcomisario Eduardo Gómez de Olivera. Como así también el aporte del subcomisario de la Dirección Homicidio Sergio Omar Rodríguez y quien elaboró un informe pericial sobre lo ocurrido.

Además, por secretaría se puso en conocimiento a las partes que la Policía de Misiones notificó formalmente a los testigos que en su momento no habían podido ser ubicados y que derivaron en una de las suspensiones del debate. Se trata de los testigos Ariel y Karen Vàzquez y de Osa Valencia. Aunque en el caso de la mujer y de Valencia, ambos declararían mañana mediante la plataforma zoom por cuestiones de salud y por estar viviendo en Brasil, respectivamente.
El debate pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 8 hs cuando el proceso se reanude con la declaración de más testigos.

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