(misionesonline.net) El nuevo sistema de Boleta Única de Papel trae consigo cambios sustanciales en el acto eleccionario, modificando roles y procedimientos tanto para los presidentes de mesa como para los fiscales partidarios y los propios electores. Ariel Marinoni, secretario Electoral de la Junta Electoral Distrito Misiones, brindó precisiones en Radio República, sobre las nuevas responsabilidades, el escenario de votación, las dudas frecuentes, y la prohibición de fotografiar el sufragio, destacando que el sistema busca ser más simple y ágil, pero requiere una mayor atención inicial.

El Presidente de Mesa, actor central y exclusivo

El nuevo sistema le otorga al presidente de mesa una función más activa y exclusiva, especialmente en el manejo de la Boleta Única de Papel. Marinoni enfatizó que el presidente es la única autoridad que debe manipular el talonario de boletas.

“Lo que genera este nuevo sistema es por ahí que sí deben prestar mayor atención a ciertas cuestiones que se van a dar y por ahí dejar de lado algunas conductas, porque si bien la normativa siempre marcó eso, pero por ahí estábamos, después de tantos años de trabajar de la misma forma, 42 años llevando adelante un proceso similar, con esta boleta única de papel se generan ciertos cuidados que debe tener el presidente vinculados a ese talonario de la boleta única de papel. Ese talonario y todas las boletas las debe manipular y tener contacto físico únicamente el presidente de mesa. Obviamente con la colaboración de su vocal y en los momentos en que el vocal está llevando adelante la presidencia, el vocal lo va a asistir, pero, por ejemplo, desde que se inicia el acto electoral, es él el que tiene que extraer las boletas, firmarlas, entregarlas al elector.”

El funcionario electoral también precisó el momento exacto para la entrega: “Eso lo marca inclusive el Código Nacional Electoral, muy específicamente. El proceso es, una vez que se presenta el elector, una vez que yo identifique que ese elector, como siempre se hizo con el mismo padrón, eso no cambia nada, una vez que identificamos que el elector está en esa mesa y yo voy a habilitar a que ese elector vote, yo tengo que extraer la boleta del talonario, ahí firmar, y después entregarle esa boleta junto con la birome. No debo ni arrancarla con anticipación, ni firmar boletas con anticipación. Y recordemos que sólo el presidente de mesa firma la boleta, ya no firman todos los fiscales, ni siquiera el vocal.”

Una vez entregada, la boleta es propiedad del elector, y el presidente solo vuelve a tocarla en el escrutinio provisorio, sin la participación física de los fiscales.

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El Rol del Fiscal y la Votación Recurrida

A pesar de que el presidente es quien firma la boleta, Marinoni consideró que la función del fiscal no decrece, sino que se intensifica en términos de vigilancia.

“No se han tocado ninguna de sus facultades, sino que simplemente no va a firmar sobres porque firma sólo el presidente, pero él tiene que fiscalizar. Yo creo que inclusive en este acto electoral deben estar inclusive mucho más atentos que antes, porque tienen que estar controlando qué hace el presidente de mesa.”

El secretario explicó la diferencia entre voto impugnado y voto recurrido. “Lo que se impugna es la identidad del elector. Eso es previo a la emisión del voto y tiene que ver con si hay dudas que la persona que dice ser y acredita con el DNI.” En cambio, “el voto recurrido” surge durante el escrutinio provisorio, cuando los fiscales dudan de la interpretación que el presidente le da a un voto, por ejemplo, si lo considera nulo.

“El voto nulo lo decide el presidente de mesa en el escrutinio provisorio. Un voto que el presidente considera que es nulo. Ahí el fiscal va a recurrir la decisión del presidente. Y ahí ese voto va a ir para que la Junta lo decida. Si el presidente considera que el voto es nulo y los fiscales están de acuerdo, el voto se cierra ahí y es nulo. No se vuelve a analizar.” Un ejemplo de voto nulo es aquel que trae “un objeto extraño adherido a la boleta,” como una feta de salame.

Nuevo escenario de votación: Local de Sufragio y cabinas

El tradicional “cuarto oscuro” desaparece para dar lugar al “local de sufragio”. Marinoni describió el nuevo entorno.

“Ya no existe más el cuarto oscuro sino que ahora el lugar donde se lleva adelante el proceso de emisión del voto es el Local de Sufragio. Va a ser un aula como era el cuarto oscuro pero en donde las autoridades de mesa van a estar del lado de adentro de esa aula ya no afuera esperándonos sino que adentro. Obviamente vamos a hacer la fila de la puerta para afuera el presidente nos va a autorizar nosotros vamos a ingresar va a hacer esto que hablamos recién va a identificarnos como siempre lo hizo con el padrón, va a hacer todo este proceso de entregarnos una boleta única de papel y enfrentados a esa mesa donde van a estar el presidente, el vocal y los fiscales van a estar las dos cabinas de votación que va a tener cada mesa. Va a haber dos cabinas por mesa.”

Las cabinas son un pupitre doble con un biombo de cartón de tres paredes para preservar el secreto del voto. No es necesario tapar las ventanas, solo ubicar las cabinas de forma que la espalda del votante dé a un lugar ciego (pizarrón o pared). “Es mucho más sencillo este tipo de elección que las anteriores. Yo lo interpreto como que es un sistema mucho más simple. Más rápido. Simplemente que es nuevo.”

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Desinformación y prohibición de fotografiar

Con respecto a las dudas de los electores, Marinoni reconoció que “hay un porcentaje grande de la sociedad que va a llegar desinformado,” y ahí el presidente de mesa tendrá que brindar una breve explicación del procedimiento.

Finalmente, sobre la prohibición de fotografiar la boleta, la medida tiene un sentido claro: “La prohibición es expresa en el Código Nacional Electoral. Y tiene que ver con la posibilidad de, de alguna forma, tratar de impedir la captación externa de votos. O sea, de que alguien me diga a mí, mandame una foto a quien la votaste por tal situación. Eso es lo que intenta evitar.” El incumplimiento de esta norma conlleva una multa de aproximadamente 77.000 pesos. En caso de equivocación, el elector puede pedir el reemplazo de la boleta, aunque no de forma ilimitada; tras la segunda vez, el presidente debe indagar la causa del error.

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