
Con la boleta única, la campaña se juega antes
Este cambio, establecido por la Ley 27.781, reemplaza el sistema tradicional de boletas partidarias por una hoja unificada donde los votantes marcan sus preferencias...

(canalcuatroposadas.com.ar) Esta nota analiza el impacto de la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) en las elecciones nacionales argentinas del 26 de octubre de 2025. Este cambio, establecido por la Ley 27.781, reemplaza el sistema tradicional de boletas partidarias por una hoja unificada donde los votantes marcan sus preferencias, eliminando el "arrastre" de candidaturas y transformando las estrategias de campaña.

*Por Isabel Carrera y Gisselle Costa
La elección nacional del 26 de octubre de 2025 será la primera que utilice la Boleta Única de Papel (BUP) en todo el territorio argentino. La Ley 27 781, sancionada el 1 de octubre de 2024, incorporó la BUP al Código Electoral Nacional. En abril de este año, la Cámara Nacional Electoral (CNE) aprobó los modelos oficiales para una y dos categorías de cargos, con pautas tipográficas y cromáticas estandarizadas
A diferencia del cuarto oscuro tradicional, en octubre, cada votante recibirá una sola hoja por categoría (diputados y/o senadores), marcará su preferencia con birome y devolverá la boleta firmada al sobre. Así, desaparecen las listas partidarias múltiples y las tareas de reparto y reposición de boletas.
El nuevo instrumento modifica de manera estructural la campaña nacional. Sin “sábana” que arrastre candidaturas, los partidos deben desdoblar recursos. Invertir menos en impresión masiva y mucho más en branding personal, segmentación digital y formación de fiscales capaces de explicar la mecánica al elector. Además, la oferta completa visible en una sola hoja intensificará la competencia intra oposición y obligará a las coaliciones a vigilar la coherencia gráfica y narrativa de sus submarcas. La pedagogía electoral se vuelve central, aunque hasta el momento sean escasas las ofertas de capacitaciones específicas para operadores partidarios y autoridades de mesa.

Experiencia en las provincias
Las provincias que adelantaron comicios con BUP en 2025 han sido evidencia empírica de estos efectos. En Santa Fe, la lista oficialista de Maximiliano Pullaro ganó la convención constituyente con 34,6 %. Sin embargo no logró retener la intendencia de Rosario. Allí, el libertario Juan Aleart triunfó a nivel departamental: el voto cruzado se disparó porque el elector ya no puede votar “lista completa”. Experiencias previas en Córdoba y Santa Fe (2011-2023) muestran patrones semejantes: menor arrastre vertical, fragmentación legislativa y mayor peso del liderazgo territorial. Tanto es así que la provincia de Buenos Aires decidió desdoblar sus elecciones legislativas al 7 de septiembre. El objetivo es evitar que los ciudadanos enfrenten simultáneamente dos instrumentos distintos (BUP nacional y boleta partidaria provincial).
De cara a octubre, los comandos nacionales tendrán que reajustar sus tácticas para: (1) construir marcas de candidato sólidas que actúen como voto ancla, (2) redoblar el ground game — capacitación, señalética y simuladores online — para minimizar errores en el cuarto oscuro, y (3) aceptar una probabilidad mayor de fragmentación legislativa, lo que revaloriza los acuerdos pre y postelectorales.

El rol estratégico de la comunicación política
La implementación de la BUP redefine drásticamente el tablero de juego para la comunicación política. Es que transforma la esencia de cómo los partidos y candidatos interactúan con el electorado. Atrás quedaron los días donde la mera exposición de la «sábana» partidaria garantizaba un arrastre significativo. Ahora, el enfoque se desplaza hacia la construcción de narrativas individuales potentes y la claridad en el mensaje de cada candidatura.
Los comandos de campaña están obligados a invertir en estrategias de comunicación más sofisticadas y segmentadas. En este contexto, la personalización del mensaje y el desarrollo de una marca de candidato sólida son fundamentales. Esto implica una mayor inversión en consultoría de imagen y producción de contenidos específicos para plataformas digitales. Además, es esencial un despliegue territorial con activistas capaces de persuadir e instruir al votante sobre la nueva mecánica.
En este nuevo escenario, la pedagogía electoral se convierte en una columna vertebral de la comunicación política. Los partidos deben asumir un rol activo en informar al electorado sobre el correcto uso de la BUP y utilizar simuladores, tutoriales y campañas informativas que minimicen el voto en blanco o nulo por desconocimiento. Esta necesidad de alfabetización electoral crea una oportunidad para aquellos actores políticos que logren transmitir confianza y simplicidad en el proceso.
La coherencia entre el mensaje central de la coalición y las propuestas individuales de sus candidatos será fundamental para evitar la desorientación del votante y capitalizar el potencial del voto cruzado. Es decir, la BUP exige una comunicación política más estratégica, didáctica y orientada a la autonomía del elector.
En conclusión, la BUP traslada la ventaja competitiva de la logística de boletas a la coherencia simbólica y territorial de las campañas. Por lo que quien subestime este giro institucional corre el riesgo de quedar fuera del radar del elector argentino.
* Isabel Carrera: consultora en comunicación política. Periodista y licenciada en Comunicación Social. Especializada en Comunicación Institucional. Maestranda en Comunicación Política.
* Gisselle Costa: consultora política especializada en campañas territoriales. Licenciada en Ciencias Políticas. Especializada en Sistemas de Partidos Políticos e Investigación Social Cualitativa. Diplomada en Comunicación Política, Marketing Digital y Administración de Mercados Globales. Maestranda en Comunicación Política