Indicios de planificación en fuga de un preso de la cárcel de Oberá
El SPP inició una investigación interna para deslindar responsabilidades
(elterritorio.com.ar) Hace poco más de 20 años, en junio de 2004, Pedro Faustino Do Reis -hoy de 51 años- asesinó de un disparo de arma fuego a Valdemar Pereyra Antúnez (34). Al menos tres testigos señalaron al autor del hecho, quien logró escapar y estuvo casi 12 años prófugo.
Recién fue capturado en marzo de 2016, y no porque lo hayan estado buscando. Es más, cuando la Policía lo detuvo ni siquiera sabían quién era, hasta que cotejaron sus antecedentes y surgió que tenía un pedido de captura por el homicidio de Pereyra Antúnez.
Do Reis cayó cuando caminaba por Paraje Guabiroba, en El Soberbio, circunstancia en que se cruzó con un móvil policial cuyos integrantes notaron que, al ver la patrulla, el transeúnte hizo un claro gesto de ocultar algo que cargaba.
Eso les llamó la atención, pararon y constataron que llevaba consigo una escopeta. Nunca se supo para qué tenía el arma, lo que quedó en un segundo plano, ya que se logró apresarlo por el crimen cometido años atrás.
Ya tras las rejas, el Tribunal Penal Uno de Oberá lo condenó a 16 años de cárcel y ya llevaba cumplida la mitad de la pena, siempre alojado en la Unidad Penal II Oberá.
Do Reis purga una condena de 16 años. Fotos: polmis
En ese contexto y como conocedor de las tareas de la chacra, Do Reis realizaba actividades en la huerta de la cárcel, un amplio predio lindero a chacras de Oberá y General Alvear.
Fue así que el lunes, alrededor de las 7, comenzó su jornada. Nada mejor que aire puro y contacto con la naturaleza para olvidar, al menos por unas horas, el encierro del calabozo. Pero en el caso de Do Reis, también se convirtió en una oportunidad para escapar.
Descuido y fuga
Según averiguó El Territorio con fuentes del caso, la fuga de Do Reis fue constatada a las 8.30 del lunes, aunque recién a las 9.30 el personal de guardia dio aviso a la superioridad.
Se estima que lo dejaron solo durante varios minutos y, al detectar que no estaba, los uniformados a cargo del preso lo buscaron por su cuenta en el amplio predio del penal y en las chacras vecinas, pero al no hallarlo dieron parte al director Héctor Germán Ayala.
Inmediatamente se informó de la novedad a la cúpula del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y se radicó la denuncia ante la Seccional Quinta de Oberá, con jurisdicción en la zona.
Así, personal de diferentes dependencias de la UR II de Policía y SPP iniciaron la búsqueda del evadido.
Las fuerzas de seguridad implementaron un operativo cerrojo por las inmediaciones de la cárcel, es decir la zona que abarca los barrios Londín, Villa Lindstrom, Cien Hectáreas y San Miguel, como también hacia la localidad de General Alvear, tarea que se dificulta por la extensión de las chacras y montes del lugar.
Si bien Do Santos no tenía visitas, sí solía charlar con la visita de otros detenidos, aspecto que se investiga para dar con algún dato que permita ubicarlo o, al menos, un indicio de adónde podría haber ido.
En tal sentido, un vocero del SPP indicó que “surgió el dato que estuvo en San Miguel, en una casa de calle 4, de donde se fue al oscurecer”.
Precisamente, el barrio San Miguel se ubica a tres kilómetros de la cárcel, cruzando por las chacras. Ayer por la mañana agentes del SPP llegaron hasta el domicilio citado, pero hallaron rastros del evadido.
Posible cómplice
Otra hipótesis que se baraja, es que Do Reis contó con apoyo externo. No habría sido un escape al boleo ni a la desesperada, sino que hubo cierta planificación y logística.
En este punto entra la figura de Felipe Fernando Dos Santos (26), condenado por robo calificado que el pasado 2 de noviembre dispuso de una salida transitoria por 24 horas y nunca regresó.
Tanto Do Reis como Dos Santos tiene como último domicilio El Soberbio y, según una fuente interna, compartían mucho tiempo en la cárcel de Oberá.
“No se descarta ninguna hipótesis, pero se daban, todo el tiempo hablaban y puede ser que hayan planificado todo. Además, los dos son de la zona costera y conocen a la perfección cómo cruzar al Brasil”, indicó.
En ese sentido, también investigan si otros detenidos escucharon o sabían de algún tipo de plan de escapatoria. Lo cierto es que más allá de cualquier especulación, ninguno de los dos fue recapturado, al menos hasta el cierre de esta edición.
Asimismo, la fuga de Do Reis significó un cimbronazo para la gestión del alcaide mayor Ayala, quien está siendo sometido a un sumario administrativo interno, al igual que los subalternos a cargo del control de los detenidos.
Ayer estuvieron en Oberá el inspector general José Cáceres -tercero en el orden de mando del SPP- y el jefe de la División Régimen René Ledesma, quienes supervisaron la marcha de la investigación interna.
Si bien no se descarta que Do Reis siga en la zona, por contactos del jefe de la Unidad Regional II, comisario general Claudio Ludtke, en Brasil también lo buscan la Brigada Militar y la Policía Civil de Río Grande Do Sul.
Una dirección falsa avala sospechas
Pedro Faustino Do Reis fue condenado por el homicidio de Valdemar Pereyra Antúnez, ocurrido el 27 de junio de 2004 en Colonia Aurora.
Pero luego del hecho, el implicado se fugó y recién fue capturado en marzo de 2016 en Paraje Guabiroba, El Soberbio, de donde es oriundo.
El hombre logró mantenerse prófugo durante 12 años, de los cuales la mayor parte del tiempo transcurrió en Brasil.
En cuando a su posible cómplice, Felipe Fernando Dos Santos fue condenado por un robo registrado en mayo 2018 en perjuicio de una familia de Colonia Monteagudo Alto, también en El Soberbio.
El citado ya se encontraba en período de confianza, por lo que el sábado 2 de noviembre dispuso de una salida transitoria por 24 horas, pero no regresó.
Al respecto, una fuente del propio SPP indicó que Dos Santos solo estaba autorizado a dirigirse al domicilio de su hermana Fabiana Dos Santos, en el barrio Hospital de la localidad de El Soberbio.
Pero resulta que, al no regresar, se cotejó la información y la dirección dada sería inexistente, lo que avala la hipótesis de una fuga planificada, tal vez en complicidad con Do Reis.
Lo cierto es que si llegan a la costa del río Uruguay, el conocimiento de la zona y la amplitud de la frontera les brindan enormes posibilidades de cruzar al Brasil.