Jóvenes al volante y el debate sobre la conducción segura
Misiones entre las provincias con mayor fatalidad en accidentes de tránsito
(elterritorio.com.ar) Un profesional de la seguridad vial asegura que la velocidad fue un factor determinante en el despiste en la Costanera. El factor humano y la importancia de los controles.
El siniestro vial en la Costanera de Posadas, donde cinco adolescentes a bordo de un Peugeot 207 que se dirigían a clases de educación física resultaron heridos -y dentro de esos hay dos con lesiones de gravedad- volvió a reactivar el debate sobre los menores de edad al volante. Más aún teniendo en cuenta que Misiones es una provincia con población mayormente joven y los índices de fatalidad crecen de manera consecutiva desde hace tres años.
Por ejemplo, según el observatorio de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, en 2021 hubo en la provincia 226 muertes en calles o rutas misioneras, en 2022 la cifra se elevó a 241 personas y en 2023 volvió a incrementarse a 246 decesos. Así, junto a Chaco, la provincia de Misiones lidera la estadística de fatalidad en accidentes y siniestros viales en el Nea.
El mes pasado, otro caso similar enlutó a la zona Norte, donde dos chicos de 13 y 16 años murieron en Comandante Andresito como consecuencia del despiste y posterior vuelco de una camioneta sobre un camino terrado de la localidad. Días después falleció una tercera víctima.
En diálogo con El Territorio, el técnico en Seguridad Vial, Ruben Tamis, explicó que lo que sucedió en el paseo costero posadeño no fue un accidente y analizó que la velocidad fue factor determinante para el desenlace.
“Lo que ocurrió en la Costanera fue un siniestro vial, porque el accidente es un hecho fortuito donde todos los componentes de la escena hacen lo correcto, pero igual ocurre, no se puede evitar. Pero evidentemente lo que ocurrió acá fue un siniestro que se da por negligencia, impericia o imprudencia. Evidentemente la velocidad fue el factor principal del despiste”, señaló Tamis.
Así, dijo que se puede inferir que el factor velocidad fue determinante por dos motivos. Uno es el estado en el que quedó el auto. “Los vehículos son cuerpos metálicos en movimiento y esto se nota a través de la deformación que tuvo la cabina. Segundo, hay una frenada de muchos metros antes del impacto y es imposible que eso pase a 30 km/h, que es la velocidad máxima en la Costanera”, detalló.
Por otro lado, Tamis indicó que el diseño de la Costanera, con curvas y rotondas hace que a veces sin darse cuenta el conductor sume más fuerzas centrífugas al circular por esa zona de la ciudad.
“Cuando doblo se va incrementando la fuerza centrífuga y termino despistando, que es lo que ocurrió. Por eso allí la velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora”, agregó.
Factor humano
Sin embargo, la persona al volante o manubrio según corresponda, es el factor clave a la hora de evitar o no un choque o vuelco.
“Lo que determina un desenlace así es el factor humano, eso es lo que no estamos entendiendo a nivel sociedad, que por más que yo tenga las mejores rutas, todos los papeles en orden, las condiciones del vehículo óptimas con verificación técnica al día, la conducta del que está detrás de un manubrio o volante es lo que va a hacer que eso sea beneficioso o de perjuicio. Entonces, una persona que recién empieza, un adolescente, debe tener un andamiaje social, familiar y también escolar”, dijo el profesional de la conducción.
En ese punto, estableció que se debe reforzar la educación vial en las escuelas, ya que la ley habilita a tener carnet de conducir desde los 16 años para motos y 17 años para autos pero según su perspectiva falta formación en los centros educativos al respecto.
“Hay que reforzar la educación vial como prioridad, no solamente para los estudiantes, los adultos, los padres, los diputados, los policías, sino que todos necesitamos aprender conductas viales y de eso no estamos hablando a nivel social”, comentó al respecto.
Consultado sobre si los adolescentes o un principiante tienen mayor índice de riesgo, dijo que no.
“Un adolescente dentro de su condición que adolece, está experimentando, busca nuevas experiencias. A veces esa falta de conciencia del riesgo hace que se exponga más a este tipo de peligros, pero en realidad no es la impericia porque recién estaba aprendiendo a conducir, es la conducta del ser humano en todo su desarrollo etario. El factor humano es el 90% responsable de que ocurran siniestros viales. Si ponemos en una balanza, de diez que chocan, la mayoría son personas adultas”, indicó.
Sobre los controles afirmó que no sirven aquellos que son estáticos con conos, donde la persona apenas ve a los policías desvía o cambia su conducta.
“Acá lo que hay que hacer es controles y patrullaje, movimiento, recorrer. Hoy también las cámaras con que cuenta nuestra ciudad tienen que estar previniendo y advirtiendo al responsable de cada área que hay un vehículo circulando a alta velocidad por la Costanera y alguien debería ir al lugar a ver qué pasa”, precisó.
Aprender
Un punto central del debate es cómo y dónde se aprende a conducir. En ese punto, dijo que lo recomendado es siempre hacerlo con profesionales.
“Hay que dejar bien en claro que está prohibido ceder la conducción a una persona sin habilitación. Yo como padre, tío macanudo o vecino no le puedo enseñar a otra persona si no tengo un auto adaptado con doble comando. Por otro lado, de a poco se está cambiando, un adolescente o una persona que ingresa a la edad de sacar su primera licencia de conducir, hoy en día puede contratar una autoescuela que ya hay instructores capacitados que no solamente le enseñan a manejar, sino a corregir cuestiones de conducta”, sostuvo.
“Cuando uno está al volante es responsable de todos los pasajeros”
Desde 2019 se desarrolla en Misiones el programa Jóvenes al Volante. La iniciativa nació ante los altos índices de siniestralidad que se dan en la provincia y con el objetivo de mejorar esos indicadores.
Florencia Insaurralde, responsable del programa que depende de la Subsecretaría de la Juventud del Ministerio de Desarrollo Social, contó a este medio: “Somos una provincia con mayor porcentaje de población joven y por eso veíamos que el mayor grupo etario afectado por esta problemática eran los jóvenes. Entonces empezamos a pensar en cómo atacar esa problemática de forma diferente y que sea atractiva para los chicos, que no quede en una charla de colegio”.
El programa consiste en una capacitación dinámica que no supera la hora. Se destina a chicos que están con la edad mínima para sacar un carnet de conducir con permiso de los padres: 16 años para motos y 17 para autos.
“Trabajamos con estudiantes secundarios desde el 4° año. Una vez que pasan las capacitaciones arrancan unas competencias donde vamos al municipio y todos esos cursos que hicieron la capacitación compiten por un premio. La idea es estimular y reforzar estos aprendizajes, ellos ponen a prueba todo lo que aprendieron con juegos de destreza,virtuales y teóricos”, señaló.
Fue tan bien recibida la iniciativa que se sumaron al trabajo instituciones como la Escuela de Robótica y el sector privado a través de la concesionaria Fiat Automisión.
“La competencia finaliza con una prueba de manejo y los chicos se suman cada vez más”, indicó.
“Hay chicos que por desconocimiento infringen muchas normas, pero a través de los años y creo que gracias al programa se está demostrando que hay cada vez más que son conscientes y que hoy en día se transforman en activistas en cuanto a la concientización y la seguridad vial”, comentó al tiempo que destacó que sólo el año pasado alrededor de 3.000 estudiantes pasaron por las capacitaciones.
“Ellos nos marcan la cancha sobre qué es importante para ellos, por ejemplo el colegio que ganó el año pasado presentó un proyecto sobre cómo cuidar la biodiversidad dentro de la provincia”, precisó.
Por último, sostuvo que para muchos esta es la única posibilidad de poder hablar con un profesional de la conducción y así revertir conductas inapropiadas. Y consultada sobre qué es lo principal a corregir o que no saben los chicos, nombró al uso del cinturón de seguridad.
“Cuando uno está al volante es responsable de todos los pasajeros y una de las prácticas que se ve es que tienen que saber que se debe pedirle a todos el uso del cinturón. Pero en cada municipio de la provincia se van detectando diferentes cosas, por eso se trabaja articuladamente con las comunas”, precisó Insaurralde.
“A veces pasa que los chicos ya saben manejar pero tienen malos hábitos o prácticas porque no pudieron acceder a una escuela de manejo, sino que le enseñó el papá o un tío y entonces van ajustando y tomando conciencia de cosas que en la cotidianidad no perciben”, finalizó.