
La jueza Bettina Balbachán advierte que “no basta solo con imponer alcohol cero, hay que ir a lo cultural”
Tras la tragedia del arroyo Yazá, la jueza de Faltas de Posadas sostuvo que la normativa no basta si no se transforman los hábitos sociales, la educación y la conciencia sobre el consumo de alcohol

(primeraedicionweb.com.ar) La tragedia en la ruta nacional 14, que dejó víctimas fatales tras caer un colectiv al arroyo Yazá tras chocar con un auto cuyo conductor presentaba intoxicación alcohólica aguda , reavivó el debate sobre el consumo de alcohol al volante, una problemática que -según la jueza de Faltas Bettina Alejandra Balbachán– requiere ser abordada más allá del marco legal y los controles en las rutas.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Balbachán explicó que el alcohol altera funciones clave como la coordinación, el funcionamiento del sistema nervioso central y la percepción del riesgo, por lo que manejar bajo sus efectos multiplica el riesgo de siniestros viales.
La magistrada, autora del libro “Alcohol Cero: desafíos culturales en las políticas viales de la ciudad de Posadas”, señaló que la aplicación de políticas públicas como la tolerancia cero debe ir acompañada de un análisis cultural profundo. Recordó que actualmente seis municipios de Misiones, entre ellos Posadas y San Pedro, adoptaron la normativa de alcohol cero, aunque insistió en que “no basta imponer una ley, hay que entender el entorno social que rodea el consumo.”
Según la jueza, el alcohol se asocia a la diversión, la amistad y la conexión social, reforzado por la publicidad que promueve su consumo como algo cotidiano y positivo.
“No alcanza con sancionar: hay que educar desde la infancia, incorporar la seguridad vial en los contenidos escolares y promover una conciencia colectiva,” subrayó.
Respecto a los controles, reconoció que son necesarios pero insuficientes si no se acompañan de un cambio de conducta. “El problema empieza antes, en nuestras casas, en las reuniones con amigos, cuando pensamos que nada va a pasar y que podemos sortear los controles.” Mencionó incluso los grupos de Whatsapp que avisan dónde están los puestos policiales para evadirlos.

La jueza de Faltas consideró que centrarse solo en los controles o las sanciones es actuar sobre las consecuencias, no sobre las causas. “Las normas están escritas y los operativos existen, pero necesitamos cambiar la cabeza.” A su entender, los accidentes derivados del consumo de alcohol al volante son el reflejo de un problema cultural arraigado.
Consultada sobre la preparación de los municipios para aplicar la normativa, indicó que en Posadas se realizan capacitaciones y operativos frecuentes, aunque aclaró que “el verdadero desafío está en revisar cómo la sociedad entera convive con el alcohol.” Cuestionó además que la industria automotriz produzca vehículos que superan los 200 km/h sin que existan carreteras aptas para tales velocidades, y que se permita la publicidad de bebidas alcohólicas en rutas.
La jueza celebró el ejemplo de San Pedro, el último municipio en adoptar el alcohol cero, que implementó un período de 60 días de preparación con charlas, capacitaciones y actividades comunitarias antes de hacer efectiva la medida. “Está tan arraigado el consumo que no se puede irrumpir de golpe. Hay que preparar a la sociedad para el cambio.”
También reflexionó sobre el componente de género en los hábitos de conducción: “Muchas veces el hombre maneja aunque esté alcoholizado, y la mujer, que no tomó, se lo permite. Esa práctica responde a una sociedad patriarcal que debemos cuestionar.”
Balbachán destacó que el cambio empieza en casa y que la verdadera prevención se logra con educación, empatía y compromiso social. “Tenemos que dejar de sostener en privado lo que condenamos en público,” resumió.
Finalmente, recordó que su libro “Alcohol Cero: desafíos culturales en las políticas viales de la ciudad de Posadas” está disponible en librerías locales, en Mercado Libre y en versión digital.
