Murió Alberto Fujimori, el expresidente de Perú que fue condenado por delitos de lesa humanidad
La noticia la confirmó la hija del exmandatario en la red social X. Fue condenado a 25 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos
(elterritorio.com.ar) Este miércoles falleció el expresidente de Perú, Alberto Fujimori. La noticia fue confirmada por su hija Keiko, quien le dedicó al exmandatario un sentido posteo en la red social X. Tenía 86 años y fue condenado a 25 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos. Transparencia Internacional calculó en 2004 que en su gobierno se malversaron 600 millones de dólares y lo colocó entre los diez presidentes más corruptos del mundo.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor”, aseguró su hija, Keiko. Y agregó: “Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”.
Quién era Alberto Fujimori
Alberto Fujimori fue un controvertido expresidente de Perú que gobernó con mano dura entre 1990 y 2000. Durante su gobierno, se destacó por luchar contra el terrorismo de grupos como Sendero Luminoso y el MRTA, además de implementar reformas económicas neoliberales que estabilizaron el país tras una grave crisis. Sin embargo, su mandato estuvo marcado por denuncias de violaciones a los derechos humanos, corrupción y un estilo de gobierno al que sus críticos consideraron autoritario. En 1992 dio un autogolpe tras disolver el Parlamento.
En el año 2000, Fujimori huyó a Japón en medio de un escándalo de corrupción y renunció a la presidencia por fax. En 2007, fue extraditado a Perú y condenado a 25 años de cárcel por abusos de poder, corrupción y crímenes de lesa humanidad, como las masacres de La Cantuta y Barrios Altos.
Fue liberado en diciembre de 2023 tras una controvertida decisión judicial. En los últimos meses, anunció su intención de aspirar a la presidencia en las elecciones de 2026. Fujimori fue visto de forma pública por última vez el 4 de septiembre cuando salió en silla de ruedas de un hospital privado. Entonces, le dijo a la prensa local que se había realizado una tomografía y cuando fue interrogado por si su candidatura presidencial continuaba firme, dijo sonriendo “vamos a ver, vamos a ver”.
El hijo de inmigrantes japoneses que llegó a la presidencia
Fue el primer hijo de japoneses en llegar a ser jefe de Estado de otro país en el mundo por voluntad popular. Nacido en Lima en 1938, pasó sus últimos meses de vida en libertad al beneficiarse de un indulto humanitario que permitió su excarcelación en diciembre de 2023 tras pasar 15 años en prisión con cargos por asesinato.
Durante sus mandatos -el último de ellos de menos de un año- aplicó duras medida de ajuste económico, pero mantuvo altos niveles de popularidad. Sin embargo, en el año 2000, tras fuertes cuestionamientos internacionales por abusos a los derechos humanos, huyó a Japón y renunció por fax.
El exmandatario fue condenado a 25 años de prisión, en 2009, con cargos por asesinato que lo señalaban como responsable de la creación y financiación en su gobierno de un escuadrón militar clandestino que mató al menos a 25 personas -entre universitarios y vecinos de un barrio de la capital, incluido un niño- a quienes consideraron exguerrilleros de Sendero Luminoso.
Cómo fue el ascenso de Alberto Fujimori al poder
Su ascenso rápido al poder ocurrió en medio de la ruina económica en la que se encontraba Perú en julio de 1990, al término de los cinco años de gobierno de su antecesor, Alan García. En agosto de ese año la inflación mensual llegó a 397% y el país soportaba una década de sangriento conflicto armado interno entre las fuerzas de seguridad y los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
Decepcionados de los partidos políticos que no acabaron con el caos que se vivía, los peruanos lo eligieron como presidente en 1990. Entonces era un desconocido profesor de matemáticas en la Universidad Nacional Agraria de La Molina. Venció en segunda vuelta al premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
Le decían “el Chino” por sus ojos rasgados y su tez morena, que lo acercaban a la mayoritaria población de Perú: los mestizos e indígenas. Doce días después de llegar al poder, a los 52 años, aplicó las drásticas medidas que había prometido no usar durante su campaña para combatir la hiperinflación.
El 5 de abril de 1992, Fujimori anunció en un mensaje televisivo el cierre del Parlamento, la reorganización del sistema judicial y el inicio de un “gobierno de emergencia” que tendría entre sus objetivos redactar una nueva Constitución para reemplazar a la de 1979, que prohibía la reelección inmediata.
”Disolver, disolver”, fue la frase repetida con la que Fujimori anunció el llamado “autogolpe” y quedó por muchos años en el recuerdo de los peruanos. Su popularidad aumentó luego de que un grupo de investigadores policiales, que recibía más apoyo de la embajada de Estados Unidos, capturara una noche de sábado de septiembre al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y a miembros claves de su cúpula que desde 1980 hasta 2000 provocaron más de 12.000 asesinatos.
Años más tarde, Fujimori sacó partido del rescate de la residencia del embajador japonés en Lima tomada por rebeldes del Movimiento Túpac Amaru. Ese día, soldados del ejército rescataron vivos a 72 de 73 rehenes y ejecutaron extrajudicialmente a los rebeldes.
Fujimori inauguró un nuevo tipo de autoritarismo en la región: gobernó con un régimen autoritario de fachada democrática y gran respaldo popular. Desde las sombras, su jefe de espías Vladimiro Montesinos , un exabogado de narcos y oficial expulsado del ejército, dirigió un sistema de inteligencia que, usando dinero público, favoreció a Fujimori y le allanó cualquier tipo de oposición sobornando a legisladores, jueces, fiscales y dueños de medios de comunicación.
Reelección y denuncias de fraude
Su ambición por el poder le hizo reelegirse en 1995, cuando ganó por abrumadora mayoría. Volvió a hacerlo en el 2000, pese a acusaciones de fraude, pero su tercer gobierno duró poco. A finales de ese año se difundió un video que mostraba cómo su asesor Montesinos sobornaba a un legislador opositor. Eso desató una ola de protestas que provocó su caída.
Fujimori salió del país y se refugió en Japón, desde donde renunció a la presidencia vía fax. La prensa descubrió que en su gobierno un escuadrón militar clandestino financiado con dinero público asesinó a 15 vecinos durante una fiesta -entre ellos un niño de 8 años-, a nueve universitarios y a un catedrático a quienes consideraban miembros de Sendero Luminoso.
En 1994 se divorció de su esposa Susana Higuchi después que ella denunciara a sus cuñados por enriquecerse con ropa donada de Japón. Fujimori le quitó el título de primera dama y se lo dio a su hija Keiko, de 19 años. Tras la separación, sus hijos se quedaron con él . Keiko se dedicó a la política y se postuló a la presidencia en 2011 y 2016. Ahora, ella dirige un partido de centro-derecha que reivindica los logros de su padre y es mayoría en el Parlamento unicameral.
Cómo fue su caída
En 2005 Fujimori viajó a Chile y una corte de ese país autorizó extraditarlo a Perú dos años después. A su regreso, el juicio se volvió histórico: duró 15 meses y polarizó al país. Fue señalado como autor mediato por 25 asesinatos y se le sentenció a 25 años de prisión. Asimismo, fue condenado por corrupción por realizar un pago ilegal de 15 millones de dólares a Montesinos para sobornos en los últimos días de su gobierno.
Fujimori debía salir libre en 2032 a los 95 años, pero el expresidente Pedro Pablo Kuczynski le concedió pocas horas antes de la Navidad de 2017 un indulto humanitario ante su debilitada salud. Familiares de las víctimas pidieron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos anular el indulto, pero este tribunal dejó el caso en manos de la Corte Suprema peruana.Fujimori tuvo que asistir a un nuevo juicio en el que se le acusaba de ser el autor de la masacre de otros seis campesinos torturados, asesinados y quemados durante su gobierno.
El fiscal pidió una nueva sentencia de 25 años de prisión por la masacre. Finalmente, en diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional revivió el indulto de 2017 por sufrir de hipertensión, frecuencia cardiaca irregular y riesgo de cáncer de lengua y ordenó su liberación.