(elterritorio.com.ar) Raúl Aguirre (26) fue trasladado este martes al Juzgado de Instrucción Uno de Posadas con una fuerte custodia. Designó un abogado y eligió callar ante el juez Marcelo Cardozo.

Raúl Héctor Aguirre Chais (26), el ahora exefectivo policial detenido como el único sospechoso del crimen a balazos del conductor de aplicación Jorge Daniel Acuña (52), fue trasladado en la mañana de este martes al Juzgado de Instrucción Uno de Posadas para completar la audiencia indagatoria.

Según pudo saber este medio en base a fuentes que intervienen en el proceso, luego de designar un abogado defensor particular, el implicado escuchó los elementos en su contra y fue imputado formalmente por el homicidio. A su turno, se abstuvo de declarar ante el juez Marcelo Cardozo.

El abogado defensor del implicado es el ex juez Ramón Grinhauz, quien le recomendó el silencio para tener tiempo de leer el expediente. Los hechos descritos, se supo, encajarían en la figura de un homicidio calificado, que prevé una pena - en caso de ser considerado culpable - a prisión perpetua.

De todas formas, la continuidad en el proceso del letrado también depende de que se pueda establecer un criterio común en la estrategia defensiva con el acusado. Es que el sospechoso había estado detenido e incomunicado hasta la víspera, cuando se vieron por primera vez.

Aguirre Chais llegó al Juzgado ubicado sobre la avenida López Torres cerca de las 9 con chaleco antibalas y casco, en un importante operativo llevado a cabo por la Infantería de la Policía de Misiones. Se retiró 11.20 siempre rodeado de su ex colegas, quienes portaban escudos y armas largas. En la continuidad de las investigaciones, se espera que durante esta semana se hagan dos pericias de importancia para la continuidad del proceso, ambas a cargo de la Secretaria de Apoyo para la Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial para evitar susceptibilidades.

Una son los análisis de los aparatos electrónicos incautados, particularmente el del celular de Aguirre Chais. “Supuestamente no se conocían, creo que la verdad está en el celular del policía”, dijo en los últimos días un investigador de peso.
Es que el vínculo entre ellos podría revelar el móvil del crimen, algo que hasta ahora es una incógnita, como también dar precisiones de cómo se solicitaron los servicios de Acuña. Además podría esclarecer si hubo otros implicados, algo que hasta el momento está descartado en razón de las imágenes de cámaras de seguridad.

La otra es sobre el arma reglamentaria y la bala que fue incautada en el torpedo del habitáculo. Se analizará si la 9 milímetros fue utilizada recientemente y, principalmente, si esa bala salió de allí. Los investigadores están convencidos de que es así.

Despedida
Paralelamente a la audiencia de contra el sospechoso, fueron despedidos los restos de Acuña en el cementerio municipal de Garupá El Descanso. Como informó este medio, el cuerpo fue entregado después de la autopsia, cerca de las 16 del lunes, y el velatorio se realizó en una casa funeraria local a partir de la medianoche y durante la madrugada de la víspera.
La necropsia confirmó que Acuña, quien en el pasado fue chofer de colectivo, fue atacado por la espada con dos disparos. Uno ingresó por la espalda, le atravesó el cuerpo - el asiento del conductor también estaba dañado - y quedó en el habitáculo del vehículo; el otro, en tanto, estuvo dirigido a la cabeza, y si bien no llegó a ingresar al cráneo, dañó el cuero cabelludo y quedó alojado en el torpedo de Fiat, cerca del estereo. Esta bala es fue hallada en el interior del vehículo Siena y hay indicios de que hubo intentos sin éxitos de extracción del torpedo.

Con este se presume que la munición que terminó siendo la mortal habría sido extraída y descartada por el asesino. Los profesionales que intervinieron en el procedimiento también detectaron golpes en la cabeza, que habrían sido provocados por culatazos. Trascendió que la víctima no murió en el momento, sino que agonizó por mucho tiempo antes de dejar de existir.