(elterritorio.com ar) Mientras la Policía de Misiones continúa entrecruzando datos para intentar dar con los homicidas de Jorge “Koki” Ferreyra, el sereno que fue ultimado a balazos el último domingo por la noche cuando cuidaba una vivienda del barrio Vista Alegre de Bernardo de Irigoyen, durante las últimas horas se conocieron más datos sobre la víctima y su pasado relacionado con antecedentes delictivos.

Según pudo saber El Territorio, cuando aún era menor de edad, Koki se vio involucrado en un caso de homicidio, ocurrido a la salida de un local bailable de la localidad, expediente por el que purgó algunos años de cárcel en un Penal de menores hasta que por buena conducta y tras cumplir con gran parte de su condena logró la libertad.

Pero más allá de esto, según comentaron voceros consultados, Ferreyra estuvo relacionado con varios hechos delictivos ocurridos en la localidad. Y hasta se lo sindicó por su presunta participación en un robo perpetrado en Brasil.

Es por ello, que entre las hipótesis que se investigan no se descarta que su asesinato pudo haber estado relacionado a un ajuste de cuentas. Hipótesis que es analizada por los pequisas, quienes no descartan otras motivaciones en torno al trágico suceso.

Cabe resaltar que hasta el momento se sabe que serían dos los homicidas de Ferreyra. Los hombres que la noche del pasado domingo llegaron hasta el frente del domicilio ubicado sobre calle Polonia donde trabajaba la víctima para abrir fuego y provocar la muerte del sereno casi en el acto. Y que, según las pesquisas, se movilizaban en una motocicleta color rojo, vehículo que inmediatamente quedó en la mira de distintas dependencias policiales que hasta ayer procuraban su ubicación

Según las primeras averiguaciones, el hecho se registró alrededor de las 22.50, en una vivienda del barrio Vista Alegre. En ese marco, efectivos de la comisaría local fueron alertados por el propietario del lugar, un hombre de 43 años identificado como Mauro V., quien manifestó haber escuchado el paso de una motocicleta frente a su domicilio y, enseguida, varias detonaciones.

Ante esto, mencionó que salió del inmueble y de forma inmediata encontró a su sereno tendido en el suelo y sin signos vitales. En tanto, al ingresar al inmueble, los uniformados constataron que el cuerpo se encontraba recostado en posición de decúbito dorsal. Además, observaron múltiples impactos de proyectiles en las paredes, lo que evidenciaba la violencia del ataque.

A continuación, intervino la División Policía Científica y el médico policial, quienes constataron que la víctima presentaba una herida de entrada por arma de fuego en la región infraescapular izquierda y una de salida en la zona torácica, a la altura de la línea mamilar izquierda.

Durante el relevamiento de la escena, se procedió al secuestro de 26 vainas servidas y nueve proyectiles calibre 9x19 mm, lo que sugiere que se trató de un ataque directo y planificado.

En paralelo, y con el análisis de imágenes de cámaras de seguridad aportadas por vecinos de la zona, se pudo establecer que los presuntos autores serían dos personas que se desplazaban en una motocicleta roja, quienes hasta el momento no fueron detenidos.

Ataque previo

Durante las primeras investigaciones, los profesionales pudieron destacar que el pasado 17 de julio se había reportado un hecho de gravedad en esa misma propiedad. En esa ocasión, personal de la División Bomberos de la Unidad Regional XII encontró un artefacto explosivo tipo granada FM-K2, sin tren de fuego activo y asegurado con alambre, lo que evidenciaba una posible intención de daño o intimidación.

Por el asesinato de Ferreyra, el magistrado interviniente dispuso que el cuerpo sea trasladado al centro forense para la correspondiente autopsia. En tanto, la investigación continúa con diversas diligencias y peritajes en curso, sin descartar una posible vinculación entre ambos hechos.

En cifras

26

En el lugar del ataque la Policía secuestró 26 vainas servidas y 9 proyectiles calibre 9x19 milimetros, lo que apunta a un ataque directo y planificado.