(elterritorio.com.ar) La especialista en derecho informático explicó cómo operan estos delitos y de qué manera prevenirlos. “Es fundamental la alfabetización digital y jurídica”, reconoció.

Con la creciente digitalización en los diferentes ámbitos de la vida social, lo que antes parecía distante hoy se torna inmediato y al alcance de un click. Esto aplica no sólo en la esfera informática propiamente dicha, sino también en materia educativa, sanitaria, jurídica y, principalmente, financiera.

Es que saber utilizar las tecnologías se volvió determinante -e incluso excluyente- para acceder al mercado de bienes y servicios. Sin embargo, ni en el universo analógico ni en el digital se está exento de caer en operaciones fraudulentas en manos de sujetos que, aprovechándose de la vulnerabilidad o desconocimiento de otros, engañan y cometen delitos de gravedad.

En este sentido, las estafas piramidales son una modalidad de éstos delitos contra la propiedad, que cobraron impulso gracias a las publicidades por redes sociales, plataformas de mensajería y billeteras virtuales.

Aunque comúnmente suelen asociarse con ciberdelitos, Melisa Bortoluzzi, abogada especialista en derecho informático, aclaró en charla con El Territorio que “se trata de una estafa común que se desarrolla mediante la promoción en Internet por personajes famosos y pueden estar involucrados activos digitales (como criptomonedas), pero no por eso es un ciberdelito”.

Se camuflan en “promesas que se le hace a la gente con inversiones iniciales, no de mucha cantidad de dinero, y que ofrecen ganancias exponenciales. Pero cuando es demasiado beneficioso el resultado, es un llamado de alerta, por lo menos para desconfiar y analizar un poco más”, advirtió la especialista.

En este sentido, nadie está exento de caer en estafas, y aunque el miedo sea real, “es imposible” privarse de estar ajeno a las tecnologías o plataformas para evitar ser timado. Al contrario, es clave informarse y conocer cómo utilizar las tecnologías resguardando los datos personales.

 

“La delincuencia hace años atrás se desarrollaba netamente en el ámbito físico. Hoy se va trasladando al ámbito digital. Lo que no en mucho tiempo va a obligar, no solamente a que exista una fiscalía especializada en Ciberdelitos como tiene Misiones, sino que todo el poder judicial en su conjunto deba especializarse”, observó Bortoluzzi.

Un esquema llamativo

 

Sobre las estafas piramidales, la profesional reconoció que “al principio empiezan a funcionar bien y después es imposible sostener el sistema”. Este esquema se sustenta en inversiones iniciales de quienes ingresan al negocio, a quienes se les paga con el dinero que ingresan nuevos integrantes. De allí la relevancia para los estafadores de que esta “pirámide” se viralice.

“Pero va a llegar un momento que esa cadena se va a estancar, y todos van a empezar a reclamar dinero y ahí es cuando se producen este tipo de estafas”, explicó Bortoluzzi.

En ese sentido, y teniendo en cuenta que en el mundo digital ocupan un rol clave las figuras públicas -también llamadas influencers-, los estafadores “muchas veces se valen de la buena reputación y de la llegada de estas personas a una comunidad de seguidores, y los utilizan, quedando también involucrados en un delito penal”, advirtió. Por lo que consideró que “también hay algún grado de responsabilidad en los influencers, que deben ser conscientes de lo que generan en su público y saber que hay una garantía de confianza que hace que sus seguidores a veces actúen casi automáticamente”.

La estafa piramidal, entonces, “es una estafa desarrollada a través de un medio informático que no lo convierte en un delito informático propiamente. En este caso, la persona es engañada y hay un traspaso patrimonial”. Sí son ciberdelitos aquellos en los que se vea ultrajado un sistema informático o que se hurten datos bancarios de tarjetas de crédito, débito y billeteras virtuales.

Fui víctima: ¿qué hago?

En caso de haber ingresado -bajo el desconocimiento- a un esquema piramidal y advertir del negocio fraudulento, la abogada puntualizó diferentes factores a tener en cuenta para radicar la denuncia con pruebas fehacientes, con el fin último de recuperar -al menos en parte- lo invertido en el supuesto negocio.

“Es fundamental resguardar la evidencia digital: mensajes de texto, mails, transferencias hechas por diferentes medios, o si hubo una transferencia, a nombre de quién”, indicó Bortoluzzi. Y aclaró que, en casos como estos, “las capturas de pantalla no sirven como prueba, pero sí para indicio de determinadas situaciones y a partir de ahí denunciarlo”.

Quienes fueron víctimas de estas estafas pueden exportar los chats de mensajes y así develarlos en presencia de abogados, escribanos o peritos -en casos en los que se pueda costear uno particular-.

Lo grave de estos proyectos es que, hasta que no fracasen ni se revelen problemas, no se los puede denunciar como estafas. Por lo que explicó que “una vez que uno accedió a ese tipo de inversiones piramidales, hay que esperar a que se cumpla, y en el caso de no cumplir, denunciarlo”.

Medidas de prevención

Si bien “estar cien por ciento cubierto es imposible”, consideró, hay ciertas estrategias y recomendaciones para disminuir los riesgos y evitar cualquier tipo de delito en el mundo digital, entre ellos, las estafas financieras.

“No proporcionar telefónicamente o mediante mensajería códigos o informaciones de carácter personal como contraseñas. Hay que tener en cuenta que ninguna entidad bancaria y ningún organismo oficial solicita esa información telefónicamente”, resaltó la letrada.

También se aconseja cambiar periódicamente las contraseñas y utilizar algunas que combinen caracteres en mayúscula, minúscula y números.

En caso de haber sido víctima de estafa o delito informático hay que actuar de inmediato. Cambiar las contraseñas y denunciar lo ocurrido a la entidad bancaria y en la Policía son los primeros pasos y “hacer el seguimiento de la denuncia”.

Subrayó que “es fundamental la educación y la alfabetización digital en toda la población, difundiendo estas medidas de prevención, pero también la alfabetización jurídica”. Esto va de la mano con la educación financiera, especialmente en los jóvenes, para instruirlos sobre cómo administrar sus economías.

Finalmente, la abogada observó que la tendencia en crecimiento de las estafas “puede deberse a la situación económica que atravesamos, que muchas personas lo ven como una solución. Pero también a la cultura de lo inmediato, porque prometen dinero con una poca inversión y en poco tiempo”.

“La influencia de personajes con reconocimiento social, también hace que las personas tengan confianza en esos proyectos”, advirtió.

PerfilMelisa BortoluzziAbogada

La letrada ofrece asesorías y acompañamiento legal en un estudio jurídico en la ciudad de Posadas. Es especialista en derecho informático por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Recientemente finalizó una especialización en cibercrimen y evidencia digital, cuya tesis será publicada este año.

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